Déjame caer, no detengas el golpe.
La vida es un terrible ensueño…
Caemos de alturas incalculables a oscuros avernos
Y nada detiene el final del alma en el cuerpo.
Nada detiene la soledad, el miedo…
Nada detiene la llegada del invierno.
Déjame arrastrarme por el duro suelo.
Déjame empolvarme las manos y los nervios.
Deja perderse mi mirar en el firmamento…
Déjame así que estoy cayendo
Y veo al descender por este extraño universo,
las miradas de burla que no saben que esta sucediendo
Y paso rápidamente y no alcanzo a escuchar sus ecos
Y cierro los ojos y por ellos ruego…
Déjame caer, déjame levantarme, lo intento.
Poco a poco, despacio, sin apremio.
No se si queden fuerzas en mis cansados huesos...
Déjame caer, déjame descansar en el silencio…
No me detengas, no trates de aliviar mi pena.
No intentes quitarme esta condena,
es mía, es la cruz que llevo,
es mi karma, vivir, morir en este infierno…
¿No me conoces? ¿no sabes que soy terco?
¿No sabes que fui hecho de fuego?
Forjado cual espada que quiebra el más duro yelmo.
Alma de rabia y amor, risa y remordimiento…
Yo caigo y no desaparezco.
Caigo y va quebrándose mi corazón,
dejando sus pedazos regados en el sendero…
Pero caigo y me levanto de nuevo.
Tal vez en un lugar distinto al que tú no tengas acceso,
tal vez en otra vida, en otro espacio del tiempo.
Me levanto y soy de nuevo huracán,
brisa fantasmal del sueño,
Viento que sopla aunque este muerto…
Viento hecho hombre, hombre hecho viento,
brillo que agoniza , alma de aire y fuego,
canción sin sonido, libertad, beso, lamento…
Muerte que resucita en su caer violento.
Aquí estoy derrama mi sangre, quiebra mi cuerpo
y déjame volar que soy poema, pensamiento...
y nada puede acallar las alas de mi verso.
¿Es una prueba? ¿No me conoces?
Déjame morir, ya nada espero…
Se que en algún lugar,
en algún momento,
He de despertar una vez más
para unirme a tu juego…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario